Shellac no actuará este año, como lo ha hecho en hasta quince ediciones, en el festival Primavera Sound de Barcelona. Su líder, Steve Albini, ha fallecido a los 61 años a causa de un ataque al corazón, según informan varios medios musicales. Ya era una tradición que Albini se subiese al escenario del festival, incluos encadenando dos conciertos en alguna edición. Pero más allá de Shellac y otras bandas en las que militó, Albini será recordado como figura clave del rock alternativo americano debido a su figura como productor.
“Mi objetivo es grabar discos que pateen el trasero”. Ese era el lema de Steve Albini y lo llevó a cabo trabajando con buena parte de rock alternativo estadounidense de los ochenta y los noventa, con producciones para discos esenciales de aquellos años como In Utero, de Nirvana; Surfer Rosa, de los Pixies, o Rid of Me, de PJ Harvey.
Durante 24 horas la página de Primavera Sound lucirá con una imagen de Albini y dos años: 1962-2024. No se podrán ni comprar entradas para la inminente edición ni chequear otro tipo de información. Solo la imagen del músico que más veces ha actuado en el festival. “Estamos devastados. Ha sido una sorpresa. Albini es como de la familia. Sabía mucho de música, pero también era fan. Era habitual encontrarlo viendo a otros grupos entre el público”, comenta a este periódico Joan Pons, jefe de prensa del festival.
Steve Albini nació en Pasadena, California, en 1962, y pasó su adolescencia en Missoula, Montana, donde se aficionó a bandas como los New York Dolls, Ramones o Sex Pistols. Ya en Chicago, estudio periodismo y comenzó a colaborar con publicaciones de punk, además de ayudar en estudios de grabación. Su primera banda seria fue Big Black, una apisonadora que ya dejaba claro el sonido que buscaba Albini: seco, cortante, básico. El primer trabajo como productor que le dio fama fue el debut de los Pixies, Surfer Rosa, en 1988. El estilo de Albini consistía en dejar al rock en los huesos, quitarle capas y llegar a la esencia. Eso es lo que buscaban Nirvana en 1993 para su disco In Utero, y por eso reclamaron a Albini. El trabajo con la banda de Kurt Cobain no fue relajado. Albini, un tipo que odiaba la mayoría de las cosas que rodean a la industria de la música, tenía que ver cómo mucha gente ajena a la banda opinaba y quería señalar un camino. Él, tozudo, no cedía. “Si un disco tarda más de una semana en grabarse, alguien la está jodiendo”, decía.
Al final se salió con la suya. Años después, declaró: “Después de terminar el disco, personas ajenas al grupo estaban asustadas por el sonido tan crudo y comenzaron a tratar de influir en la banda. Intentaron con todas sus fuerzas convencerles de que habían cometido un error y que no se regrabara. Cuando eso no funcionó, montaron una especie de campaña para difamar el disco en la prensa, para ejercer presión adicional sobre la banda para que cambiaran de opinión. Pero hay que reconocer que el disco sobrevivió intacto y la versión que llegó a las tiendas fue precisamente el álbum que Nirvana quería hacer. Creo que su perseverancia fue loable y única, y deberían recibir todo el crédito por cómo salió ese disco”.
Además de con Pixies, Nirvana o PJ Harvey, Albini se encargó de trabajos de The Breeders, Fugazi, Urge Overkill, Low, Veruca Salt, Jon Spencer Blues Explosion o The Sadies. Incluso algunos veteranos buscaron su rocoso toque, como Cheap Trick o el disco conjunto que grabaron Jimmy Page y Robert Plant, de Led Zeppelin, Walking into Clarksdale.
Fuera de la producción, de todos los grupos en los que militó el más popular fue Shellac. Ver una actuación del trío era toda una experiencia: su furia era contagiosa. Pocas bandas tan viscerales. Albini fue siempre una antiestrella. Cualquiera podría acercarse a él y comentarle algo. Ahora, como viera que el conocimiento musical de su interlocutor no fuera el adecuado para su nivel (y este era muy alto) podría sacar su lado cascarrabias. Muy aficionado al juego del póquer (llegó a proclamarse vencedor en competiciones relevantes), montaba timbas con los músicos de otras bandas en el hotel barcelonés donde se alojaba mientras transcurría Primavera Sound. Como no encontraba rivales de nivel, finalizaba la noche en el casino. También le apasiona el béisbol y la fabricación de guitarras.
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete
Babelia
Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO