El Girona ha comenzado 2025 con ilusiones renovadas, y en la carta a los Reyes Magos parecía haber un deseo claro: mejorar su capacidad ofensiva. El análisis de los números del equipo revela una evidente diferencia en el rendimiento goleador respecto al año pasado, una cuestión que puede marcar la diferencia entre soñar con Europa o quedarse a las puertas.
En lo que va de temporada, el Girona suma 26 goles a favor y 25 en contra tras 18 jornadas, un registro que, aunque sólido, está lejos de los números que el equipo alcanzó el curso anterior. En la misma etapa de la campaña pasada, por estas fechas y con una jornada más disputada, los de Míchel acumulaban nada menos que 46 goles a favor y sólo 24 en contra. Es, pues, una diferencia que da a entender que el equipo sigue rindiendo al mismo nivel en defensa, pero que necesita dar un paso -y de los grandes- en el último tercio.
El cambio de dinámica ofensiva no es un motivo de alarma, pero sí una cuestión a mejorar si los ‘blanc-i-vermells’ quieren mantener vivas sus aspiraciones europeas. Con 25 puntos en su casillero, el equipo se encuentra bien posicionado para soñar con los puestos altos de la clasificación, pero será crucial que recupere la contundencia en ataque que tanto deslumbró la temporada pasada.
Míchel y su cuerpo técnico son conscientes de este aspecto y trabajan para sacar el máximo partido de una plantilla con calidad en todas las líneas. En definitiva, es lo que ya ha contado numerosas veces el técnico vallecano. Si su plantilla encaja más de un gol por partido, de media, necesita un mínimo de dos goles a su favor para intentar sacar los tres puntos en cualquier choque del torneo doméstico y eso les obliga a estar afortunados de cara a portería durante todos los fines de semana.
Los Reyes Magos tomaron el mensaje de los gerundenses: mejorar de cara a portería para transformar las buenas intenciones en resultados tangibles. Si el equipo logra ajustar su eficacia ofensiva sin descuidar su equilibrio defensivo, los deseos en forma de clasificación europea podrían convertirse en una realidad.
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La cuesta de enero, que para el Girona llega en forma de partidos frente a rivales por debajo en la tabla y, además, con compromisos en Champions, será una primera gran prueba para medir el rumbo del equipo. Aunque si algo ha demostrado el Girona de los últimos años, es que con trabajo e ilusión se puede llegar a lo más alto.