“Edmundo, presidente”, gritaron este sábado miles de venezolanos en la céntrica Plaza de Mayo de Buenos Aires al ver asomarse al balcón de la Casa Rosada a Edmundo González Urrutia. Lo acompañaba el jefe de Estado de Argentina, Javier Milei, y una pequeña comitiva. Fue la primera aparición pública del líder opositor y candidato electo venezolano en su gira latinoamericana con la que marca un pulso al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en vísperas a la investidura presidencial del 10 de enero.
Los venezolanos esperaron durante más de una hora bajo el sol y con la emoción a flor de piel para ver a González Urrutia, al que reivindican como ganador de las elecciones presidenciales de julio. Aplaudieron también a Milei, a quien agradecen haber sido uno de los primeros dirigentes mundiales en calificar de fraudulentos los comicios venezolanos y tilda a Maduro de dictador.
¡Uno de los momentos más emocionantes que he vivido!
Venezolanos, también nos encontraremos en las calles de nuestro amado país. pic.twitter.com/1OmzKsXkQZ
— Edmundo González (@EdmundoGU) January 4, 2025
Arropados por banderas de su país, los integrantes de la diáspora venezolana en Argentina se mostraban orgullosos de que este país sea el primero de una gira que continuará por Uruguay y Panamá. “Libertad, libertad”, corearon entre aplausos y vítores cuando González Urrutia y Milei los saludaron.
Antes de reunirse con Milei, el candidato opositor venezolano publicó un mensaje en sus redes sociales en el que informaba que ambos conversarían sobre “la situación política venezolana, su impacto en la región y los días por venir”.
González Urrutia vivió en Buenos Aires como diplomático cuatro años, entre 1998 y 2002. “Edmundo es la esperanza después de la desesperanza”, dice Luis de Figueredo, que va vestido con una camiseta contra Maduro y agita una bandera venezolana frente a la Casa Rosada. “No sé si será el 10 de enero, el 15 de enero o en unos meses más, pero Venezuela va a ser libre porque Maduro se quedó solo, ya nadie lo apoya”, asegura.
El mismo optimismo se repite entre los congregados frente a la sede del Gobierno argentino. “Vine para ver a mi presidente”, asegura entre lágrimas Rita Segarra, de 68 años, quien llegó a Buenos Aires hace cinco para reunirse con sus hijos, que habían migrado antes.
La concentración, sin embargo, es escasa si se tiene en cuenta que hay cerca de 200.000 venezolanos residentes en Argentina. Muchos optaron por no acercarse hasta el centro de la ciudad porque creen que “solo un milagro” evitará que Maduro renueve el cargo el próximo 10 de enero por seis años más. “La visita de Edmundo le sirve más a Milei que a nosotros, lamentablemente”, dice Luis Patiño, dueño de una cafetería.
Argentina y Venezuela han roto relaciones diplomáticas y Milei ha encontrado en Maduro al enemigo perfecto. Le permite erigirse como defensor de la democracia en la arena internacional, donde otras de sus opiniones —como el rechazo a la agenda de desarrollo sostenible o a las políticas contra la violencia de género— tienen muchos más detractores.
La agenda de González Urrutia continuará esta tarde al otro lado del Río de la Plata, en Uruguay. Será recibido por el presidente saliente, Luis Lacalle Pou.