Una vez transcurridos los tres días de compás de espera, de este viernes no debería pasar para tener una resolución ya definitiva sobre si Dani Olmo y Pau Víctor podrán seguir jugando en el FC Barcelona en la presente temporada. El club azulgrana tiene máxima confianza en que en las próximas horas se reconducirá la situación y ambos tendrán una nueva licencia, como pidió la entidad barcelonista a la RFEF la frenética tarde del 31 de diciembre. La única realidad palpable ahora es que ambos amanecieron el 1 de enero sin ver su ficha dada de alta en la plantilla del primer equipo azulgrana en la web de LaLiga. La patronal fue inflexible al desinscribir a ambos jugadores después de que el Barça, según comunicó LaLiga a dos horas y media de las campanadas, “no ha presentado ninguna alternativa que, atendiendo el cumplimiento de la normativa de control económico de LaLiga, le permita inscribir ningún jugador a partir del 2 de enero”.
El quid de la cuestión sigue estando en la garantía que exigía LaLiga de que el Barça haya cobrado por la venta de los asientos VIP del futuro Spotify Camp Nou. El club envió en las últimas horas del año 2024 documentación adicional a los contratos con los inversores de Qatar y Dubai. Además de las promesas firmadas, la patronal exigió pruebas de que el dinero ya está en las cuentas del Barça. El club no concibe otro escenario que no sea poder acreditar este viernes esos ingresos. A poder ser, antes de la rueda de prensa de Hansi Flick de las 13.00 h. previa al duelo copero en Barbastro.
El trabajo fue incesante este jueves en Can Barça, donde se aferran al resquicio legal de “fuerza mayor” por no haber cobrado el dinero antes de Fin de Año para que se permita que Olmo y Pau Víctor sean inscritos la misma temporada de haber sido desinscritos, como impide el Reglamento General de la RFEF. El Barça emplazó a la Federación pero desde esta se insiste que no tramita ninguna licencia sin la luz verde de LaLiga. Javier Tebas, presidente de la patronal y nuevo vicepresidente de la RFEF, se mantiene en silencio pese a su habitual locuacidad, incluso en redes sociales.
Dar la razón al Barça obligaría a LaLiga a dar explicaciones convincentes para sofocar la fuerte presión ejercida por algunos clubs como Sevilla, Atlético de Madrid y Athletic después de que la patronal ya diera luz verde a las operaciones de Barça Vision antes de que hubiera impagos por parte de Libero Football Finance AG. El control financiero de LaLiga ha sido mucho más estricto esta vez con el Barça.
Si no hay cambio de parecer por parte de LaLiga, el golpe al FC Barcelona sería enorme a todos los niveles: deportivo, económico, social y reputacional. Para empezar, Hansi Flick perdería a sus dos únicos fichajes para el resto de la temporada. Olmo podría acogerse a una cláusula de su contrato firmado hasta 2030 para salir libre e incluso exigir el salario pactado hasta entonces. Por 48 millones fijos de traspaso al Leipzig, el Barça sólo habría podido alinear al egarense cuatro meses y en 15 partidos oficiales. Cada encuentro saldría a algo más de tres ‘kilos’, sueldo al margen. Y de ocho millones del fichaje a amortizar este curso, ya contabilizados en el ejercicio 2024-25, se pasaría a una partida negativa de 40 ‘kilos’ que deberían haberse amortizado de 2025 a 2030.
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Siempre podría pasar que Olmo no rompiera su contrato pero se quedaría sin jugar hasta la próxima temporada. Y no se le podría exigir ni mucho menos a un profesional y todo un Bota de Oro de la Eurocopa. Pau Víctor no tiene esa cláusula pero la normativa FIFA le avalaría para pedir su carta de libertad. En todo caso, ninguno de los dos podría ser cedido si tienen la ficha dada de baja como ocurre ahora. Sí podrían fichar libres por otro club hasta junio y regresar en julio firmando un nuevo contrato con el Barça. Escenarios impensables días atrás.
Además del impacto futbolístico y financiero, el daño a la institución sería mayúsculo. A nivel de imagen y reputación, ya muy en entredicho, el club quedaría más deteriorado y también de cara a su poder de persuasión para otros objetivos en posteriores mercados. Y en la esfera más doméstica, la junta directiva de Joan Laporta sufriría su segundo gran revés tras el adiós de Leo Messi. La oposición ya ha hablado. Víctor Font consideró “intolerable” la situación la tarde del el 1 de enero dando “un tiempo prudencial para que el presidente dé explicaciones”. La plataforma ‘Som un Clam’, liderada por Joan Camprubí, fue este jueves más allá pidiendo directamente la dimisión sean inscritos o no Olmo o Pau Víctor.
Llegados a este punto, este 3 de enero puede marcar el futuro inmediato del FC Barcelona además, lógicamente, del de Dani Olmo y Pau Víctor, directamente damnificados por una situación ajena totalmente a su voluntad.