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‘Desmontando a Lucía’: un inusual ‘noir’ español con tono de comedia negra | Cultura

Pese a algún bodrio pretencioso, a producciones insignificantes que nada aportan ni en el aspecto artístico ni en la vertiente social, y a los habituales trazos excesivamente gruesos y fáciles de la comedia comercial, nada nuevo ni inevitable en la industria de cualquier país, estamos aquí casi cada semana cantando las alabanzas de un gran año para el cine español, en el que se acumulan las buenas películas de todo pelaje, y de pronto llega un director desconocido para la inmensa mayoría y se descuelga con un neonoir en tono de comedia negra con toques de thriller. Lo que nos faltaba por ver.

Alberto Utrera se llama el director de Desmontando a Lucía, que no es perfecta ni tiene por qué serlo, pero su gracia cinéfila, su apuesta por la vertiente de género y su tono desprejuiciado y diferente (qué importante esto último) la llevan a salir en la foto con lo mejor del año. Quizá en una esquina, porque hay entre 15 y 20 películas aún mejores (y el número ya da una idea de lo positiva que ha sido la temporada para el cine español), pero seguro que haciendo una monería en forma de photobomber que provoca que nos acabemos fijando en ella más que en otras.

Hugo Silva y Julián Villagrán, en 'Desmontando a Lucía'.
Hugo Silva y Julián Villagrán, en ‘Desmontando a Lucía’.

El detective privado protagonista no lleva traje ni sombrero, pero él se imagina así. Cobra en negro con sobres en metálico porque en pleno 2024 español habita en una sociedad tan corrupta como la de Philip Marlowe o Sam Spade. Y por supuesto, nadie, ni siquiera él mismo, le llama detective: prefiere autodefinirse con el eufemismo de perito judicial. Enfrente tiene a una mujer fatal amnésica que ha podido matar a su novio y a su mejor amiga. Y en medio de ambos se desenvuelve un abogado listo y crápula de los de siempre. Hay crímenes, claroscuros del alma, engaños y una sociedad violenta, cínica y corrompida de arriba abajo. Música jazz y swing. Pero también risas en forma de comedia negra y un toque de absurdo muy nuestro. A medio camino entre Un largo adiós, Memento, Amor a quemarropa y Atraco a las tres, aunque unos cuantos escalones por debajo, que tampoco hay que exagerar.

Utrera, que debutó en el año 2017 con Smoking Club (129 normas), una modesta película de género que no vio casi nadie (tampoco era buena, la verdad), ha pasado una década entre el documental, el cortometraje y la televisión de segunda y tercera fila sin alzar demasiado la cabeza. Dos documentales, uno sobre los hermanos Roca (Sembrando el futuro), y otro sobre la amistad entre los antagonistas políticos Eduardo Madina y Borja Sémper en torno a la amenaza terrorista (Impuros), han sido sus créditos más relevantes. Sin embargo, con Desmontando a Lucía se presenta en sociedad con nuevas armas. Las de la efervescencia, el entretenimiento, la parodia del clasicismo y la gamberrada. Todo junto.

Desmontando a Lucía tiene en Susana Abaitua y Hugo Silva a sus perfectos protagonistas. Pero el que termina robando la función, provocando un par de carcajadas maestras, es Julián Villagrán con su imparable gracia.

Desmontando a Lucía

Dirección: Alberto Utrera.

Intérpretes: Susana Abaitua, Hugo Silva, Julián Villagrán, Rodrigo Poisón. 

Género: comedia. España, 2024.

Duración: 104 minutos.

Estreno: 29 de noviembre.

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