
El 2 de septiembre se cumplió un mes de la muerte de Edwin Arrieta, el cirujano colombiano que presuntamente asesinó y descuartizó Daniel Sancho. Motivo por el que, hasta la celebración del juicio, permanece ingresado en la prisión de Koh Samui, en Tailandia. Según la policía tailandesa, el primogénito de Rodolfo Sancho lo tenía todo premeditado y podría enfrentarse a la pena capital.
El popular actor ha estado recluido en su vivienda de Fuerteventura desde que trascendió el fallecimiento del colombiano y la presunta implicación de su hijo en la autoría de los hechos. No obstante, ayer aterrizó en Tailandia y está previsto que se reencuentre con el joven el miércoles 6 de septiembre. También que conceda una rueda de prensa para explicar cómo se encuentra la familia. Cabe destacar que la única visita familiar que ha recibido el presunto asesino ha sido de la su madre, Silvia Bronchalo, quien permanece en Tailandia desde hace unas semanas.
Quienes no se habían pronunciado públicamente desde que trascendió el triste final de Arrieta, fueron sus progenitores. Algo que ha cambiado esta mañana. Ambos han concedido una entrevista en ‘Mañaneros’, el nuevo programa de TVE presentado por Jaime Cantizano. «Están siendo días muy duros, y los que seguirán siendo», ha deslizado la madre antes de confesar que «estamos destrozados». Y ha hecho pública su petición a los que se están encargando de investigar los hechos: «Queremos las cenizas de Edwin para darle cristiana sepultura».
«Los muertos se respetan»
Ante todas las informaciones que han trascendido sobre Arrieta, su progenitora ha alzado su voz para decir que «lo único que quiero es que no se estén diciendo cosas que no son verdad. Que no estén hablando mal de mi hijo. Está muerto y los muertos se respetan». «Me descompletaron la familia», ha añadido el padre. También han tenido un gesto con Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo. Ambos han expresado que ellos no deberían sentirse culpables y que «el único culpable es él -Daniel Sancho-». «Que Dios perdone a ese señor Daniel, yo no. Lo que le hizo no tiene perdón. Por muy mala que sea la persona, no tienen por qué quitarle la vida, porque la vida solo la quita Dios», han concluido.