
Raúl Prieto había dirigido a María Teresa Campos en un especial sobre Luis Roldán y, durante años, la tuvo como defensora del espectador en ‘Sálvame’: «Era una profesional que tenía las cosas muy claras. Si confiaba en ti, era disciplinada. Pero si no estaba segura de lo que tocaba hacer, no pasaba por el aro de ninguna de las maneras. Era una mujer de mucho carácter y verla enfadada acojonaba. Pero pasaba del enfado a la risa en 20 segundos. Era tremenda».
María Teresa le dejó huella como director: «Su verdadera pasión era la televisión y su carrera profesional. Me alucinaba, al dirigirla, ver la rapidez, su talento para las entrevistas, para crear el clima y hacer las preguntas».
Pero Raúl tuvo la suerte de conocer otra faceta de la comunicadora al dirigirla en un ‘reality’, ‘Las Campos’: «Me encantó ver la relación de la madre con sus hijas. Había mucha complicidad. Se respetaban, se protegían, estaban muy unidas. La muerte del padre les hizo ser una piña. Carmen Borrego y Terelu Campos se han portado de puta madre con ella».
Fue una grabación dura, porque la comunicadora tuvo que soportar muchos y largos viajes: «El ritmo era agotador, pero en cuanto estaba maquillada y peinada, se transformaba».
Uno de los recuerdos que más feliz hace a Raúl es haber cumplido el sueño de María Teresa Campos de convertirse en Audrey Hepburn frente al escaparate de la joyería Tiffany´s, como en la mítica película ‘Desayuno con diamantes’: «Ella estaba tan ilusionada que se encargó de todo, del estilismo, de la peluquería. Nosotros alquilamos una limusina, pero no pedimos los permisos pertinentes para grabar, así que todo tenía que ser muy rápido porque nos podía parar la policía en cualquier momento».
«Era Navidad y hacía un frío tremendo. La Campos iba con un abrigo de piel en el coche, helada, pero se lo quitó al bajar para la grabación. Estaba feliz como una niña».