
María Teresa Campos y Paolo Vasile, el que fuera consejero delegado de Mediaset en España, mantuvieron una intensa relación de amor odio durante años: «Ella tenía un carácter fuerte, como yo. Por eso la entendía muy bien. Era impulsiva y reflexiva. Pero el pronto le duraba poco porque no era una mujer rencorosa».
Cuando la Campos se marchó a la competencia, lo hizo con cajas destempladas: «Me llamó gilipollas en directo. Lo entiendo. Siempre pensé que desde su punto de vista tenía razón. Luego, con el tiempo, todo se calmó y ella volvió a la cadena». Aquella anécdota queda ahora en el recuerdo, porque Vasile prefiere recordar la relevancia de la figura de la comunicadora: «Fue una pieza fundamental de la televisión de estos últimos cincuenta años, que es como decir que marcó nuestras vidas. Era una mujer fuerte, valiente, estupenda. Y no lo digo porque haya muerto, sino porque su carrera lo demuestra: tenía una gran capacidad de trabajo. Su pérdida me deja triste, la llevo en el corazón».
Como comunicadora, Vasile destaca «su don para dialogar con la gente humilde y con los poderosos al mismo nivel. No tenía miedo al poder». El italiano asegura que comparte otro rasgo con la que fuera ‘reina de las mañanas’: «Ella no era una ‘maruja’, era una abuela, como yo, con lo que eso supone de bonhomía, de actitud frente al mundo».
Y manda un mensaje especial a sus hijas, Carmen Borrego y Terelu Campos: «Las quiero mucho y las acompaño en este momento de dolor. Ya sé que es ley de vida, pero no deja de ser muy duro. María Teresa deja una huella imborrable».