
“Soy policía, os voy a matar”. La amenaza fue pronunciada por un agente de Policía Nacional en la habitación de un hostal del sur de Madrid. Cuchillo en mano y bajo los efectos de las drogas, amenazaba a una pareja a la que también cacheó, agredió y espió convencido de que le habían grabado en secreto mientras consumía drogas y alcohol. El vídeo no existía y el policía, ahora apartado de su puesto, ha reconocido los hechos y acaba de ser condenado a cuatro años y once meses de cárcel mientras intenta evitar su entrada en prisión.